Pequeños exploradores: cazadores de fósiles de hielo

Hace poco, un camión esparcidor de sal pasó a toda velocidad junto a nosotros, arrojando grumos granulados de color rosa. Fue la oportunidad perfecta para explicarles a los Pequeños Exploradores cómo se derrite el hielo. Hablamos sobre el esparcidor de sal y cómo la sal de roca derretiría el hielo que se formara durante la noche. ¡Al día siguiente pusimos en práctica nuestra charla!

Habíamos visto que el pronóstico para la mañana era de nieve fangosa y viento helado, por lo que nadie querría estar afuera por mucho tiempo. Sabiendo que estaríamos escalando las paredes a las 9 a. m., organizamos un desafío para los Pequeños Exploradores, con la esperanza optimista de que las mentes concentradas crearían niños tranquilos.

Esa noche nos dedicamos a congelar pequeños juguetes en hielo. ¡Fue una deliciosa venganza por todas esas veces que esos molestos animalitos nos clavaron clavos en los pies descalzos en mitad de la noche!

Necesitarás cuencos interesantes (usamos un molde de gelatina con forma de gato, un cuenco estriado para niños pequeños y una bandeja de silicona para tartas con forma de osito de peluche) y una serie de pequeños juguetes de plástico (personas, dinero de juguete y coches).

Es muy sencillo. Solo hay que esparcir los juguetes en los recipientes, llenarlos con agua y dejarlos congelar durante la noche.

A la mañana siguiente, les mostramos a los Pequeños Exploradores las rocas de hielo, que ahora eran bastante impenetrables, y una variedad de herramientas: palillos de dientes, cubiertos, sal y azúcar. Les dijimos que tenían que rescatar sus juguetes del hielo por sí solos y nos sentamos a observar cómo resolvían el rompecabezas. Fue interesante ver cómo los Exploradores más jóvenes optaron claramente por la fuerza bruta, mientras que los mayores lo abordaron de manera bastante lógica, espolvoreando azúcar (solo para ver) y luego sal sobre las rocas. La sal creó una solución salada y comenzó a derretir el hielo.

Finalmente, la frustración empezó a ganarle la paciencia al Pequeño Explorador. Intentó comerse la sal y luego, disgustado, arrojó su piedra de hielo al suelo. ¡Estaba desesperado por salvar a su cocodrilo congelado! Así que hablamos sobre de qué estaba hecho el hielo y, por fin, el Explorador Mayor se dio cuenta de que verter agua tibia sobre él sería la forma más rápida de derretirlo. Los niños sintieron una verdadera satisfacción por haber salvado sus juguetes y, además, aprendieron algo.

• Exploradores expertos: La sal actúa reduciendo el punto de congelación del agua. La sal (cloruro de sodio) altera el proceso de congelación al ralentizar el proceso de unión de las moléculas de agua para formar cristales de hielo. La sal separa parte del agua del cristal y también se mezcla con la fina capa de agua que hay sobre el hielo, lo que hace que se derrita aún más.
• ¿Sabías que el uso de sal en las carreteras conlleva un enorme coste medioambiental? La sal no tiene otro destino que nuestros cauces naturales, arroyos, ríos y lagos, y es muy perjudicial para la vida salvaje.